
31 Mar Gratitud y agradecimiento: Fuentes de bienestar emocional
A veces estamos tan enfocados en lo que falta que nos olvidamos de todo lo que tenemos y hemos conseguido (grandes fuentes de bienestar emocional). Pueden ser logros, aprendizajes, personas que forman parte de nuestra vida, proyectos, trabajos y experiencias.
Sin darnos cuenta, pueden pasar de largo momentos muy valiosos que podrían mejorar el bienestar si los reconociéramos con intención. La buena noticia es que es posible romper con las cadenas de la autoexigencia y empezar a valorar lo que construimos con gratitud y agradecimiento. Ambos son claves porque fortalecen la confianza y potencian el desarrollo personal y profesional. ¡Descubrí más! 🙌🏻
¿Qué es la gratitud? ¿Qué es el agradecimiento?
Mientras que el agradecimiento es el acto de reconocer y expresar aprecio por algo recibido, la gratitud va un poco más allá. No se limita a circunstancias puntuales, sino que tiene que ver con la capacidad de valorar eso que tenemos y reconocerlo como tal.
Entonces, no es solo decir “gracias” cuando alguien nos ayuda, sino que se trata de tener una actitud que nos permita desarrollar una mirada mucho más amplia sobre lo que nos rodea. ✨
En el trabajo, por ejemplo, puede reflejarse en el reconocimiento del esfuerzo del equipo, en valorar las oportunidades de aprendizaje o en agradecer el feedback que nos ayuda a mejorar. Por otro lado, el agradecimiento es la expresión concreta de esa gratitud. Es el «gracias» que damos.
Ser agradecido es una fortaleza ¿Cómo podemos mejorarla?
Claro que es posible entrenar el agradecimiento y la gratitud. Acá te mostramos las mejores formas de ejercitarlos:
1. Entrená tu mirada de agradecimiento
Una forma de mejorarla con coaching es entrenando la mirada de agradecimiento. No es literal, sino que se trata de cambiar el foco para desarrollar una mirada apreciativa. Entonces, en lugar de hacer hincapié en lo que falta, enfocarnos en lo que sí tenemos y funciona.
✅ Ejemplos de “ser agradecido”:
- Reconocer los logros y avances del equipo, en lugar de solo señalar los errores o lo que no se llegó a hacer.
- Valorar las oportunidades de aprendizaje, a pesar de que las situaciones sean muy desafiantes.
✅ Consejos prácticos:
- Antes de dormir, anotá al menos tres cosas positivas de tu día (si hay más, ¡genial!).
- En las reuniones de equipo, incorporá un espacio para destacar logros y aprendizajes individuales y grupales.
- Cuando enfrentes un desafío, preguntate qué es lo que podés aprender de esa situación.
2. Desarrollá la gratitud en las interacciones del día a día
Muchas veces damos por sentado el esfuerzo de los demás y no lo reconocemos de manera explícita. Pero, ¡podés desarrollar el agradecimiento hacia los demás! Es muy importante expresarlo en las interacciones diarias.
✅ Ejemplos de “ser agradecido”:
- Iniciar las reuniones laborales mencionando algo positivo sobre un colega.
- Tomarse el tiempo para agradecer al resto del equipo por sus esfuerzos.
- Valorar la atención recibida.
✅ Consejos prácticos:
- Decí “gracias” de forma consciente y genuina (o sea, no por inercia).
- Creá una rutina de gratitud con tu equipo, como cerrar la semana destacando avances importantes.
- Prestá atención y respondé con reconocimiento cuando alguien te ayude (esta es una gran forma de empezar a ser agradecido).
3. Creá rituales de gratitud
Las prácticas de gratitud son claves para lograr que se conviertan en un hábito. Para eso, podés incorporarlas en tu rutina.
✅ Ejemplos de “ser agradecido”:
- Compartí alguna situación positiva de tu día con el resto de tu familia a la hora de la cena.
- Iniciá las reuniones de equipo con un “momento de reconocimiento” y motivá a que todos se sumen a él. Incluso, en cada reunión, una persona diferente podría tomar la posta de esta iniciativa y hacer un reconocimiento.
✅ Consejos prácticos:
- Destiná cinco minutos diarios para reflexionar sobre lo que valorás en tu vida.
- Sumá la gratitud a tu planificación semanal: anotá a quién querés reconocer y por qué.
- Agendá un recordatorio en tu teléfono para hacer una pausa y agradecer algo cada día. Vas a ver que pronto no será necesario que sigas teniendo ese recordatorio porque se convertirá en un hábito.
Cómo aprender a expresar la gratitud
El primer paso es aprender a reconocer lo bueno que tenemos en nuestra vida. Ahora bien, la verdadera transformación ocurre cuando logramos expresarlo y lo hacemos a diario, con total naturalidad. Porque la gratitud no solo se siente sino que se comunica. Entonces, ¿cómo aprender a expresarla? Veamos:
1️⃣ El ejercicio de los tres momentos valiosos
Una excelente manera de empezar a expresar gratitud es primero reconocer lo positivo en nuestra vida. El ejercicio de los tres momentos valiosos podés hacerlo antes de ir a dormir. ¿En qué consiste? Solo tenés que anotar tres momentos del día que hayan sido valiosos para vos.
Pueden ser logros personales, gestos amables que recibiste o simplemente cosas cotidianas que te generaron bienestar. Obviamente, podés hacerlo en tu celular, en un anotador o donde sea… ¡No importa dónde!
Eso sí, en el momento que escribas estos momentos, intentá conectar con la emoción que te generaron. No lo tomes como “una cosa más para hacer” o una lista de ideas, sino que es tu momento de gratitud consciente.
2️⃣ Conectá con el presente a través de la observación
Muchas veces pasamos por la vida en piloto automático, ¿verdad? O sea, no nos detenemos a valorar lo que nos rodea. Por suerte, es posible romper con esa inercia. Hay un ejercicio muy sencillo y práctico que podés hacer para lograrlo.
Solo tenés que salir a caminar con la única intención de observar y agradecer lo que sucede a tu alrededor. Por ejemplo, podés prestar atención a los colores del parque o las cosas y los sonidos de los animales que están volando o que pasean a tu lado.
También, podés poner tu atención en las sensaciones en tu piel, si hace frío o si hace calor, y los pequeños detalles que muchas veces pasamos por alto (si alguien ayudó a otro en la calle o si un bebé te sonrió, por ejemplo).
Para que este ejercicio sea efectivo, cuando camines podés preguntarte:
- ¿Qué es lo más lindo que estoy viendo?
- ¿Qué puedo agradecer en este momento?
- ¿Qué es lo que siento?
- ¿Qué aroma percibo en el aire?
- ¿Qué sonido me resulta más agradable en este momento?
- ¿Cómo se siente mi cuerpo al caminar?
- ¿Qué detalle me llamó la atención y normalmente pasaría desapercibido?
- ¿Cómo se siente el suelo bajo mis pies?
- ¿Qué textura puedo percibir si toco una hoja, una pared o mi propia ropa?
- ¿Qué es lo que más me gusta de este momento?
3️⃣ Agradecé activamente a quienes te rodean
El desafío acá es que te tomes un momento cada día para agradecer a una o dos personas por algo que hayan hecho por vos (puede ser algo que haya sucedido en el día o en otro momento). Podés hacerlo con palabras, un mensaje o un gesto. No necesariamente tiene que ser un regalo tangible.
¿Y si al principio te cuesta expresar gratitud de forma directa? Bueno, podés empezar por escribir… Un mensaje de texto o una nota pegada en la heladera son válidos.
Grow Consultora: Con la compañía adecuada, todo es más sencillo
En Grow Consultora sabemos que contar con el acompañamiento adecuado marca la diferencia a la hora de transformar la gratitud en un hábito y adquirir más herramientas para el desarrollo personal. Nuestro enfoque te permitirá fortalecer tu gratitud, mejorar tu bienestar emocional y potenciar tu crecimiento.
A través de nuestras metodologías de coaching, te ayudamos a convertir el agradecimiento en una práctica real y constante. ¡Contactanos ahora!