Tus Historias y Vos - GROW Consultora
1046
post-template-default,single,single-post,postid-1046,single-format-standard,bridge-core-3.1.3,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1300,qode_popup_menu_push_text_top,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-30.2,qode-theme-bridge,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-7.3,vc_responsive

Tus Historias y Vos

Tus Historias y Vos

Comparte para crecer

Fiel a su bello estilo, Eduardo Galeano escribió “Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias”.

Y es algo así. Como dicen los científicos, los seres humanos estamos hechos de átomos, como todo lo demás, como un elefante, como una silla o una piedra, pero no son nuestros átomos lo que nos hace diferentes, lo que nos hace el ser único e irrepetible que cada uno de nosotros es, si lo son las historias que nos contamos, como dice el sabio pajarito.

Más allá de su belleza poética, ¿Qué quiere decir la frase de Galeano? ¿Cómo nos afecta que estemos hechos de historias?

El mejor camino que conozco para contestar estas preguntas es experimentando que ocurre cuando respondemos otra pregunta ¿Quién sos?

¿Cómo responderías vos a esa pregunta?

¿Soy Nombre y apellido? ¿Soy Mi profesión? O quizás algunos valores, “soy responsable, macanudo, y trabajador”.

Si tu compromiso está en que el otro sepa más de vos, creo que no alcanzaría con esas primeras opciones, seguramente le contarías una historia… tu historia. ¿Cómo es esa historia?

Sea como sea, estoy bastante seguro de que no te gustaría que nadie cambie tu historia. Imaginate que decís algo así como “me gusta veranear en la playa” y tu interlocutor te dice, “no, nada de playa, a vos te gusta más veranear en las montañas”. Es como que uno siente que su historia es una sola, y nadie mejor que uno mismo para relatarla de forma verídica.

Tanto es así, que la historia que nos contamos sobre nuestra vida, sobre quienes somos, se transforma en nuestra propia jaula. La jaula del “pajarito/humano” que quiere volar más allá de su realidad y posibilidades actuales. Estamos presos en la verdad de la historia que nos contamos.

Incluso, hasta solemos justificar cualquier vivencia en la historia que nos contamos… “yo nunca fui bueno para los deportes” o “con mi suerte en el amor, que querés que haga”.

También los mejores capítulos de nuestra historia son los que a veces nos mantiene enjaulados. “siempre fui un excelente alumno, por ello me exijo tanto” o “mi familia es muy unida, así que no cuenten conmigo ningún domingo, son sagrados, se almuerza en casa de la vieja”

Si esta experiencia de contestar a la pregunta sobre ¿Quién sos? logró que entiendas por qué el pajarito dice que estamos hechos de historias y te das cuenta como esas historias te afectan, tengo una buena noticia que darte… solo tenés que seguir leyendo. Si no… vos estas hecho de átomos.

Tu historia no es “la verdad”. Esa es la buena noticia.

“Pero… ¿cómo una buena noticia? A mí, ¡mi historia me encanta!” Tranquilo, que no sea “la verdad”, no significa que no sea “tu verdad”. Y que sea tu verdad le otorga todo lo que necesita para sostenerse como tu historia oficial el tiempo que lo desees.

“Menos mal, ¡hay muchos aspectos de mi historia que no me gustan nada!” Tampoco es tan fácil, que no sea “la verdad” no significa que vos no la creas como tal y no creo que después de leer estas líneas pienses que es super fácil transformarla.

En definitiva, se cuál sea tu caso, tu historia no es “la verdad”. Y con ello quiero decir que tu interpretación y la construcción que fuiste capaz de hacer de los eventos de tu vida, inevitablemente, están teñidos por tu forma de ver el mundo. Hay una diferencia entre como las cosas son y como las vemos, o vivimos. Y la historia que construimos de nuestra vida no se basa en los fenómenos, se basa en nuestra experiencia de ellos. Les cuento un ejemplo muy sencillo de entender. Un día estaba en México por trabajo. La temperatura era de 32 grados. Me subo al auto que me llevaría a mi reunión y para sociabilizar le digo al chofer “que calor increíble”, el buen hombre me contesta “esta lindo hoy”. Yo pensé que era una expresión de amabilidad ante un extranjero algo mañoso, pero nunca dudé ni un segundo del increíble calor que estaba viviendo. Al otro día, la temperatura era de 38 grados, me subí al mismo auto, con el mismo chofer y fue el quien pícaramente me dijo, “vió que ayer estaba lindo el día” entonces le respondí, “hoy es un infierno”, el me retruco… “no tanto”. Los siguientes tres días la temperatura superó los 43 grados. Por suerte, mi trabajo terminó y yo volví a Bs. As.

Claramente, volví pensando que ese lugar de México era una sucursal del infierno, imposible vivir ahí. Pero a la vez sabía perfectamente que esa historia de mi vida no era “la verdad”, durante mi estadía me enteré de que la temperatura promedio durante 6 largos meses en ese lugar del mundo era de 35 grados y que no era para nada poco habitual que la temperatura llegará a superar los 40 grados. En esos días, en el almuerzo, se toma una sopa bien caliente y café, lo cual me pareció una locura cuando me lo ofrecieron, pero que rápidamente supe agradecer. Pero volvamos al chofer que me dijo “está lindo hoy”, ¿mentía? ¿O era que su cuerpo estaba muy acostumbrado a esas temperaturas que para mí eran extremas? Frente a la misma experiencia que viví yo, ¿su historia es igual que la mía?, no, para nada. No construimos nuestras historias con el termómetro, nuestras historias no se basan en 32, 38 o 43 grados, nuestras historias las construimos en base a nuestras vivencias, “calor increíble” o “está lindo hoy”.

Cuando aceptamos esta interpretación del ser humano y de su particular forma de construirse a sí mismo en sus historias, descubrimos fácilmente que si somos capaces de interpelarlas abrimos la puerta de nuestra jaula/prisión y podemos transformar nuestro ser, alcanzar nuevas posibilidades.

Te dije antes que no era fácil, y creo que no los es, pero tampoco es imposible. A veces, encontrar quien te acompañe a revisar tus historias, a reinterpretarlas, a reescribirlas, puede ser una ayuda tan significativa como esas sopas calientes en días tan calurosos. (en serio, no saben lo bien que me hicieron) Ese, en parte, es el trabajo de los coaches ontológicos profesionales.

Otra forma de ampliar nuestra mirada y así ser capaces de reinterpretar nuestra historia es conociendo las historias de otros, descubriendo su particular forma de mirar el mundo. Por ejemplo, cuando viajamos y conocemos otras culturas, otras formas de vivir, es muy posible que casi sin quererlo, o por lo menos sin buscarlo, automáticamente pensemos diferente sobre algunos eventos de nuestra vida.

Con mi socio, Fernando Hindi, escribimos un libro que se llama “Historias para crecer, cómo el coaching puede cambiar tu vida”, publicado por Editorial Planeta. Es un libro lleno de historias de vida de nuestros clientes, gente como vos y yo, que creían que ellos eran sus historias, y que pudieron transformarlas y transformarse, abriendo así un mundo de nuevas posibilidades. También algunas historias de reconocidos políticos, famosos o deportista de elite, todos compartiendo las mismas jaulas. Porque, en definitiva, podemos ser únicos, pero no dejamos de ser tan parecidos. Escribimos ese libro por que sabemos que leer esas historias puede tener un inmenso poder transformacional para vos, te puede llevar a crecer, a salir de tu jaula y alcanzar lo que siempre soñaste.

Y no, no es tan fácil… pero si es posible.

 

MCOA l Martín Cainzos

Director de Grow Consultora
@mcainzos

 

“Historias para crecer”
Cómo el coaching puede cambiar tu vida

Editorial Planeta
https://www.planetadelibros.com.ar/libro-historias-para-crecer/311943#soporte/311943